Ya han pasado dos
navidades sin ti,en realidad son tres mas la primera no cuenta,no sentía ,no vivía sin tu presencia.Esa presencia que lo inundaba todo y que siempre ponía color y calor a nuestro hogar.
Dos navidades que significan dos años sin ti, sin tus miradas, sin tus sonrisas,
sin tus palabras, sin tu aliento y sin
tus caricias.
Cada año que tenemos que comenzar sin ti, es como una nueva
vida que empieza para nosotras, pelear con este camino que nos toca recorrer
juntas y sin poder detener el tiempo,
sin poder pararnos para desear que estés de nuevo a nuestro lado, que tus
brazos sirviesen de nuevo de nuestro cobijo, de nuestro abrigo. Y no te
imaginas lo que nos cuesta.
Es cierto hay días que son verdaderas escaladas hacia la cumbre,
pelear con la pereza de los momentos sin ti, de saber que al regresar a casa
vas a seguir sin estar allí esperándonos, sin poder disfrutar de tu compañía porque
todo eso nos lo quitó la vida, nos lo robo la muerte.
Pero, también es cierto que, hay días en los que nuestro
caminar es como un paseo relajado, quizás no disfrutando de las vista que nos rodean,
pero al menos en silencio tranquilo, sosegado. Recordando lo que nuestra alma sabe,
no comprende, no razona pero que está aprendiendo a llevar con dolor pausado.
Con ese duelo dulce y sereno que nos devuelve tú recuerdo y sin ese llanto desgarrador que nos ha consumido, que
nos ha destrozado. A veces con vagas sonrisas cómplices nos devuelve instantes
de nuestro pasado. Ese, ese que nos refleja imágenes tuyas, nuestras, fugaces
en el pensamiento, que nos permite avanzar, y nos empuja
hacia adelante para que podamos seguir con nuestro deambular.
¿Sabes? Creo que cada día voy consiguiendo levantar un poco
más la cabeza para pelear conmigo misma, para luchar como tú querías y para enfrentarme a lo que me queda
por vivir, como tú decías, como tú querías. He tenido que reinventar mi existencia,
las ganas de seguir peleando y sobre todo intentar recuperar las sonrisas. Esas
que tantas veces me robabas, me mordías, me besabas… esas que eran tuyas…
Es complicado saber que quieres seguir luchando, y que
quieres seguir viviendo, que quieres seguir sintiendo, porque tengo el dolor de
no tenerte, de no poder sentir, sentirte y sentirme como cuando estaba a tu lado.
Por otro, la dualidad de la vida, seguir viviendo, de querer seguir sintiendo,
la necesidad de ser una persona que necesita sentir, para sentirse viva, que no
sabe si necesita estar sola cuando teme tanto a la soledad. Cuando necesita
vida y sentimientos para vivirla. Sé que sigues ahí, que me empujas, que guías en cada uno de mis pasos para sea como
sea recupere mis sonrisas, mis ilusiones o mis sueños. Que camine pausada o ligeramente,
pero que no cese en recuperarme y en seguir hacia adelante, peleando, luchando,
pero sobre todo recuperando los anhelos,
las miradas, las sonrisas…

…..Como tú me decías,
como tú me querías alma mía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario