… Sus dorados pétalos cobijaran el silencio de mi corazón en llamas
cuando arda la luz de los ocasos de otoño,
serán el descanso oculto de las caricias prohibidas,
de nuestra desnudez furtiva.
Darán refugio frío en el invierno,
morada y hogar de nuestros deseos.
Serán la fuente que alimente nuestros besos
esparciendo sobre la piel el polen de los anhelos.
Serán la alcoba que acunaran nuestros sueños,
cubriendo con sabanas de anaranjada luz
el amanecer de los cuerpos cansos, extenuados y dormidos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario