A veces la magia de las palabras perdura en el tiempo, no sólo impresa con tinta sobre cuartillas de papel.
Esa magia del poeta, esa esencia que se respira, que se siente en cada una de las estancias, que embriaga y envenena con su dulce sabor a rimas contenidas.
Se desprende de cada uno de los muebles, de cada lámina de madera por la que se pisa, que suena y que cruje derramando cada soneto, cada verso .
Crujidos de poesía, que son música para el alma.
La poesía es vida en sí misma, una bocanada de aire para el alma.
ResponderEliminarUn beso.