Hay recuerdos que no puedo borrar porque los tengo
grabados a fuego en mi piel, porque los llevo guardados en mi mente, en
cada una de las palabras que salieron de tus labios, que se quedaron
grabadas en mi memoria.
Hay aromas que no puedo evitar que me evoquen tu presencia, ese olor tuyo
tan especial, ese olor a ti. Esa fragancia única que al cerrar los ojos me
lleva de nuevo a tu sonrisa, a tu mirada, a la mía, a mi reflejo, a mi
felicidad llevada de tu mano, de tu vida y de la mía.
Todavía hoy pienso que voy a llegar a casa y vas a estar en nuestro hogar ,esperándonos
a que volvamos del colegio para darnos
ese abrazo que tanto me gusta, reencontrar el refugio que tanto anhelo y
respirar una vez más el aroma de tu cuerpo, de tu persona, de tu esencia, de
ti....
Cada vez que cierro los ojos me vuelven a mi retina nuestros pequeños
ratos de intimidad, de silencio, de miradas, de palabras dichas sin
hablar en el hospital, de sentir tu mano cogida de las mías durante tiempo infinito,
sin prisa y llenas de ternura. Recuerdo tu imagen nítida pero difusa, de
espaldas a mí, desayunando de cara a la ventana, inundado por la luz que se
filtraba tímidamente por la contraventana, intentando pensar tus pensamientos y
sin que sintieses los míos .Temerosos, llenos de dolor y de lágrimas porque veía
que el tiempo se te escapaba, se nos escabullía de las manos, del corazón
y del alma....
Ojala fuese capaz de manejar el tiempo, de detenerlo a tu lado, sentada junto a ti, bajo tu mirada, cobijada
bajo tu sonrisa y acariciando en silencio nuestras manos, sabiendo que le vida
se nos escapaba...pero estando juntos.