martes, 26 de marzo de 2024

En Llamas

 







Se han teñido de bronce

los atardeceres de cobijo

abrazos de cuerpos cálidos,

susurros de pisadas apresuradas

sobre la seca hojarasca.

El arrebol de tus ocasos

me ha abrigado

sembrándome de caos

en tardes de opresiva lluvia de nostalgia

silenciando abruptamente el corazón

en llamas.

El murmullo agrietado de los arboles

al desnudarse,

son el manto oculto

de toda caricia quebrantada,

alcoba templada de nuestro desabrigo furtivo.

Danzamos descarriados dentro del vendaval

que es morada, hogar,

de deseos

acunando sueños

amanecer de unos alientos

cansos,

extenuados,

cubiertos con lienzos de amarillenta claridad

bajo el infinito peso de tu tristeza…Otoño.


4 comentarios:

  1. Hola, en donde yo vivo, Buenos Aires, el otoño es mi estación preferida. No encuentro allí tristeza, por lo general con días tibios con mucho sol, sin viento, casi sin nubes, belleza amarilla y naranja en los árboles. El invierno queda lejos y el cuerpo se siente bien, un café, música, caminatas.
    Saludos.

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    1. Gracias por tu visita, es mejor dejar el invierno lejos y reconfortarnos en la calidez otoñal, aunque tenga su halo de nostalgia.

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  2. Hablas de tristeza otoñal en el último verso, pero sinceramente a mí no me lo parece. Nostalgia, tal vez... En cualquier caso, precioso poema, Inma.

    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias por tu visita, Rebeca. Cierto, el otoño está repleto de nostalgia .

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Tengo las alas abiertas

Tengo las alas abiertas al recibo de tus miradas vacías, al silencio de los susurros del hábitat despoblado de tus abrazos, al ocaso...