Somos.
Seremos,
las huellas de los besos,
que descansan sobre el sudoroso cuerpo
tras el paso embravecido, hiriente, de la pasión,
de las caricias,
de los escalofríos,
de las miradas,
en los torridos preludios del amor...
Somos.
Seremos,
las saladas lágrimas,
de unos ojos,
que se derraman tristes sobre la tez
tras el paso encarecido del dolor...
Somos.
Seremos,
los residuos de las palabras,
de las sonrisas,
de los susurros,
que resuenan firmes sobre el eco del silencio ,
tras el paso indefenso,
inexorable y limitado, de nuestro tiempo...
Somos.
Seremos,
las delicadas gotas de vida,
que se adormecen,
en las agitadas hojas
tras el paso enfurecido de la tormenta,
del frío ,
de la lluvia,
en las abruptas noches del invierno...
Somos.
Seremos.
La letra,
callada y a gritos, de cada canción.
La rima,
sutil y sangrante, en cada poema
tras el paso de cada estrofa,
de cada renglón,
de cada uno de los pensamientos...
Somos.
Seremos ,
las gotas de escarcha,
de relente,
de llovizna,
de sereno,
tras el alarido enmudecido,
de cada voz...
Somos...Seremos.
Gracias a José María Aspiazu, autor de « La vida en los confines de la tierra» y «La vida en el límite de la vida» entre otros títulos, por elegir mis palabras para esta maravillosa colaboración que da energía y exprime, aloja los hilos y las sílabas de mis musas.
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