Llegará la niebla gris, que trenza
con sus gélidas manos,
las estrías delicadas de tu piel
curtida en vida.
Será la boira, la que abrace
en ese silencio tenebroso,
los oscuros recovecos de tu cuerpo.
Se escuchará el ruido, y la quietud,
bajo el pesado manto opaco
de la escarcha envolvente en su sigilo.
Se atajará el tiempo,
mientras los momentos se hagan eternos. Seremos el reflejo de aquellas
siluetas proyectadas
en las cobijas de nuestras sombras.
Abrigadas al rocío en la mañana, acurrucadas, mecidas en el dulce vaivén de la hojarasca,
de las ramas,
en el lento crujido de las raíces.
Nos cubrirá el añublo apagando la noche , amaneciendo en aquellas tinieblas...
... a pesar de todo,
seremos faro,
seremos vela,
seremos luz.
Gracias a José María Aspiazu, autor de « La vida en los confines de la tierra» y «La vida en el límite de la vida» entre otros títulos, por prestar esta maravillosa imagen que dan luz y niebla a mis palabras. Infinitas gracias por dejar que mis versos tomen vida, hoy, a través de la captura de tú cámara.
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