Y el tiempo, y el mutismo de tu boca,
de tu voz, de tus labios,
de tus besos derramado
esparcidos al silencio de mis versos.
Y la calma, de las lisonjas de tu alma
en mi piel, en mi cuerpo y en el tuyo
asedando el dolor,
la angustia y la fatiga de esa ausencia,
de esa luz apagada que me falta, que me guía a sucumbir
en el sosiego, en la inquietud de tus brazos...
...Y abrazos.
Y el tiempo que otorga vacío al dolor,
letargo a la ansiedad,
al llanto roto,
a la sombra desgarrada que no calla, que no habla, que no cesa,
que sueña y anhela
una caricia, una mirada...una palabra.
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