La verdad es que cada día que pasa más se alarga el tiempo, la distancia, los aromas
y los recuerdos, que se afianzan. Cada segundo de tiempo pasa pausado, más sereno,
a pesar de que no te tengo, que no siento sobre mi piel, cansada, castigada de
no respirar ese aliento que me falta.
Y cada suspiro es un anhelo de tú vida, de mi alma, de ese
consuelo perdido que comenzó al cerrar tus ojos, al apagar la luz de tu mirada
entre mis brazos, bajo mis besos. Y te desvaneciste, me quede rota, y sola.
Abandonada en el amor de mi vida, perdida en el camino sin esa mano que me guía,
que me tiendes, que me cuida.
Y sigue transcurriendo el tiempo, los minutos, los días y
las noches en las que no te tengo, ni tus manos, ni tus cálidos besos, ni tu cuerpo.
Y me quedo lenta, pausada, despierta en la angustia de la vida, de la mía ahora
sin ti.En esa soledad de mujer incompleta, quieta, deseando empezar, seguir
adelante, poder caminar.